Capítulo 7 del Diario de Aventuras: Érase una vuelta a la rutina

 La semana empezó complicada:

Para empezar, mi tutora no había venido, por lo que estaba solo ante el peligro. Y si no fuera poco, los niños estaban muy revoltosos, lo cual hizo que mi primer día a la vuelta de la rutina resultara agotador.

Al día siguiente, todo volvió a la normalidad. Mi tutora vino y lo más interesante de ese día fue corregir una ficha que expliqué el día anterior acerca de los adjetivo y el campo semántico. Sorprendentemente, consiguieron hacerlo bien y entendieron correctamente sobre el tema tratado. 

Para finalizar este día, los niños siguieron haciendo el trabajo de Semana Santa que la profesora les mandó antes de las vacaciones. Este trabajo consiste en que cada grupo buscaba información sobre las hermandades que salen cada día en Granada. Una vez buscada y repartida la información, tenían que recortar lo buscado, acompañado de fotos, y pegarlo en una cartulina, para que finalmente, lo peguen fuera de la clase. El objetivo de esta actividad es que todos aprendamos más acerca de la Semana Santa de Granada.

Con respecto al jueves, conseguí que Yu, mi alumno chino, aprendiera a usar los artículos. Le costó pillarlo un poco pero lo usó con fluidez. Fue todo un logro. No obstante, intenté que aprendiera los números del 11 al 15 en inglés, pero fue una misión fallida. No quería trabajar e insistir en eso era un intento inúti.

El día pasó y llegó la penúltima hora. Mi tutora me puso a hacer cosas artísticas para un mural acerca de la primavera. Para mi sorpresa, me salió todo genial y mi tutora me sonrió y me dijo que estaba muy bien. Sinceramente, me subió la autoestima y me hizo muy feliz el hecho de que valorara el trabajo.

Hecha por mi

Hecha por mi

Para concluir con este día, a última hora hicimos una actividad de psicomotricidad en inglés. La actividad consistía en que un grupo de niños se ponia al lado de una línea mientras el profesor sujetaba dos carteles. En esos carteles se veía una ilustración que representaba, por ejemplo, un dolor de cabeza, de espalda, fiebre, etc. Entonces, el profesor cogía una tarjeta con cada mano. Cuando el docente decía el nombre de la enfermedad, los niños tenían que saltar de un sitio u otro en función de como estuviese cogido los carteles, es decir, si el profesor coge la carta del dolor de la cabeza con la mano izquierda, cuando diga el nombre los niños tendrán que saltar a la izquierda, y así sucesivamente. Fue un juego muy divertido.

Y la semana no hubiera sido movidita, el viernes hicimos una marcha benéfica. Al parecer, se celebraba una marcha alrededor del colegio, por la vega, para recaudar dinero para una fundación. No recuerdo muy bien el nombre. No estuvo mal pero mis alumnas estuvieron todo el rato conmigo y acabé un poco agobiado porque no me dejaban en paz.

Y para finalizar, le dije a una alumna que estaba siendo muy buen profesor con Yu y esta me dijo que soy un buen profesor. Acabé súper emocionado y me sirvió como chute de alegría para poder seguir ejerciendo mi labor en el colegio.

Volver a atrás

Comentarios